¡¡¡La mayor felicidad de un docente consiste en ver a sus alumnos entusiasmados en el proceso de apropiación del conocimiento o en la pasión que ponen al realizar determinada tarea que le hemos propuesto!!!
Lo que sí creo es que a la hora de planificar nuestra tarea, tenemos dos opciones: una, considerar el instrumento como un simple trámite burocrático para presentar en determinada fecha al equipo de conducción de nuestros establecimientos escolares o elegir la otra opción, que la planificación sea nuestra hoja de ruta, en el camino del año escolar, marcando las etapas y tareas más convenientes para un determinado tema o en dónde poner el acento con este grupo que le hace falta reforzar ciertos puntos o desarrollar determinadas habilidades o con aquel otro que tiene capacidades artísticas, entonces la estética puede ser nuestro punto de partida para llegar a abordar ciertos contenidos o que aprendan a transfieran el conocimiento y así puedan emplearlo en otras situaciones de la vida.
Lo claro es que lo más importante no es el método que uno va a aplicar, sino saber qué es lo que queremos o elegimos enseñar, y el cómo y el cuándo lo iremos construyendo de una forma razonablemente válida y sencilla, como habla Perkins, en “La Escuela Inteligente”
La gente aprende más cuando tiene una oportunidad razonable y una motivación para hacerlo.
Son pocos los instantes y digo bien, Instantes, en que las miradas del docente y el alumno se cruzan y uno ve esos ojitos como inquietos y atentos, o la pregunta que nos demuestra que se inició el feedback tan preciado por nosotros, ¡ qué gozo y alegría nos da esto!, cuando nuestra explicación fue clara y la información que transmitimos fue correcta, ellos supieron comprender nuestros objetivos, pudimos alentar y señalar avances, mostramos numerosos ejemplos y a la vez nuestros alumnos pudieron ejemplificar con algo más lo aprendido en ese momento, es cuando transformamos en realidad la teoría… “La Teoría Uno”…
De mis observaciones en el Laboratorio…
Más allá de la Teoría Uno, hay otras teorías que también aportan mucho a nuestra tarea, como el aprendizaje cooperativo y colaborativo.
Últimamente se ha demostrado que los chicos aprenden mejor en grupos, eso sí están bien configurados, los equipos de trabajo, tienen que estar formados con alumnos que posean capacidades y habilidades distintas, así cada uno aporta lo mejor de su persona en la construcción del conocimiento y desde varios aspectos. David Johnson y Robert Slavin coinciden en que el aprendizaje cooperativo exige que todos los niños, se hagan responsables del desempeño del grupo. En el caso particular de un laboratorio de informática, el trabajo se tendrá que realizar en binas, en mi opinión, es la mejor opción, porque de a dos se ayudan mutuamente y si se ubican de cuatro o tres alumnos por máquina, la hora no rinde; si bien se pueden turnar, para el uso de la PC, no alcanza el tiempo para distribuirlo en forma ordenada y eficaz, dispersándose los esfuerzos, siempre que el equipamiento sea el apropiado en cantidad para el número de alumnos por sección… a veces esto no es posible.
Según las tesis de Lev Vygotsky, las interacciones de los sujetos con los otros y con las herramientas físicas y simbólicas favorecen el origen del desarrollo humano. En esto tiene un papel preponderante el uso de las nuevas tecnologías-
En el artículo “Las diversas influencias de la tecnología educativa en el desarrollo de la mente”, Salomón (1992) retoma la idea de la transferencia, estimulada por el cultivo de habilidades a través de la mediación tecnológica.
David Jonassen fundamenta la idea de aprender con las computadoras - esto es, utilizar las computadoras como herramientas cognitivas- y justificar esa aplicación desde fundamentos teóricos, educativos y prácticos.
Según mi experiencia es muy notable cómo el uso de procesadores de textos infantiles ayudan a desarrollar habilidades y capacidades en la lectoescritura durante el Primer Ciclo escolar, fomentan la creatividad de los alumnos, la asociación de las imágenes y el texto escrito, eligiendo la Gif más adecuado para complementar el relato o reinterpretarlo . Un cuento grabado por los propios alumnos, desarrolla expresiones orales y escritas, que se pueden reescribir o re grabar, según la actividad.
La cognición simbólicamente distribuida (Pea, 1993; Perkins, 2001), las personas más el entorno, se refiere a las actividades que los sujetos desarrollan en colaboración con sistemas simbólicos (el lenguaje oral y/o escrito, los lenguajes formales, los sistemas de representación y notación, por ejemplo) que, al igual que las herramientas materiales “reorganizan el funcionamiento mental” (Pea, 1993:88) transformando la propia acción de conocer.
Es increíble ver cómo los alumnos tan chiquitos, escucharon en una computadora un cuento grabado, la voz que relataba ese cuento, era de una niña pequeña y eso les despertó un singular interés, recrearon otros insertándoles imágenes (extraídas de un banco de Gif animados, armado para ellos), que complementaron sus relatos, “las caras de asombro del lobo”, “los cabritos peleando”, “la mamá cabrita”… , ¡cómo expresaron con las imágenes distintos estados de ánimo de los protagonistas de la historia!.
Walter Ong presenta como tesis central la idea de que las distintas “tecnologías de la palabra” (la oralidad, la escritura, la imprenta, la computadora) definen aspectos psicodinámicos de las culturas que las formulan y utilizan, determinando distintos y fundamentales aspectos de la conciencia humana y de la forma de conocer. Siguiendo esta tesis, los sistemas hipertextuales e hipermediales reorganizan las actividades de conocimiento del sujeto en tanto reconfiguran el lugar del autor, del lector y el propio concepto de texto (Landow, 1995).
Boomp3.com
La cognición socialmente distribuida se refiere al papel que ocupan los otros en los procesos de pensamiento, como influyen los docentes, los pares, en una palabra “el entorno”, tanto físico como social, no solo como fuentes de entrada de información, sino como vehículo de pensamientos, dentro del “entorno físico”, situaríamos las nuevas tecnologías. Dentro del entorno social, los maestros, el grupo de pares y los distintos integrantes de la comunidad educativa.
Pero desde hace un tiempo, no muy lejano, la interacción con “otros” es tarea casi cotidiana, y me refiero al decir “otros”, a personas de comunidades lejanas y de otros puntos del planeta o dentro de nuestro país, desde provincias alejadas, mediante proyectos colaborativos en red, interactúan nuestros estudiantes con alumnos de lugares lejanos compartiendo sus experiencias y culturas, para crear comunidades.
En el 2007, participamos, con un grupo 5º grado y la docente del mismo, en el Proyecto “Encuentro Entre Escuelas”, a los chicos les entusiasmó muchísimo la idea de que “otros niños” conocieran nuestra escuela, el barrio, las costumbres de la zona, y recibieron con gran alegría los comentarios de docentes felicitándolos por sus trabajos.
Este año los alumnos mayores están participando en el “Proyecto Te Cuento un Cuento, de la Red Telar, y han intercambiado experiencias levantando sus relatos para que otros los vean, aún sin conocerlos.
Fue importante para los chicos saber que les dejaron mensajes los alumnos de Colegios de Uruguay, al participar del “Atlas de la Diversidad”, todos estos proyectos son colaborativos y desarrollan o extienden el entorno social de los alumnos.
1 comentario:
Elena:
¡Cuánta sabiduría hay en tus palabras! ... pero no la sabiduría del libro y de las teorías ( sin desmerecerlas) sino la de las manos llenas de tiza... ¡Me emocionó escuchar la voz de esa niñita y los comentarios que hacés sobre tus experiencias en la escuela...! Expresás lo que siento cada vez que mis chicos logran el objetivo previsto.
Tal como decís en tu artículo, ese instante maravilloso en que los ojitos del alumno brillan por un nuevo logro a partir de algo que uno le transmitió o le facilitó su comprensión y aprehensión, sólo puede ser comprendido por quienes trabajamos en esta profesión y es única...
En fin, como siempre tus producciones son excelentes. ¡Felicitaciones!
Nos seguimos leyendo:
Graciela
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